Madurez cívica
La conmemoración de los 34 años del golpe militar nos entrega, este año, una gran lección de madurez cívica. En el Gran Concepción, salvo las casi inevitables excepciones, se realizaron diversas manifestaciones, las que afortunadamente no terminaron en incientes ni en las lamentables escenas que tantas veces hemos tenido que presenciar en directo o a través de las pantallas de la TV.
Lo de ayer fue una señal inequívoca de que las pasiones del pasado van tomando caracter racional y los dolores, recuerdos y rencores comienzan a quedar en lo más intimo del ser humano.
Por eso quiero destacar el título con el que mi colega Francis Parra sintetizó lo que ayer ocurrió en Concepción. "Un 11 de septiembre íntimo y tranquilo".No se trata de dar vuelta la página dejando nuestra historia en el olvido. Tampoco de exacerbar los odios y el sentimientos de injusticia que inevitablemente continuarán en quienes no han podido ni podrán nunca perdonar ni menos olvidar.
Pero la violencia a nada bueno conduce y los mismos sucesos políticos que se conemmoraron ayer, son la prueba mas fiel que la ruptura del diálogo y la imposición de las pasiones por sobre la razón y el binestar nacioanl, a nada bueno conducen.
Miremos hacia delante, pero sin olvidar las lecciones de nuestra historia.